Para quienes no conozcan los gráficos de Nolan, éstos tratan de definir las posiciones humanas respecto a dos ejes de coordenadas para producir un tipo de sistema cartesiano de las ideologías políticas. En España se tiende a utilizar para definir la izquierda y derecha tradicional en un eje y la posición territorial (más o menos centrípeta o centrífuga) en el otro. En realidad se usa muy poco y se prefiere definir la ideología en un solo eje izquierda derecha. En los Países Bajos, donde se utiliza con profusión, se suele definir la posición respecto a la libertad económica (izquierda/derecha) en un eje y a la libertad social (progresismo/conservadurismo) en el otro.

En el caso de Aragón proponemos dos gráficos distintos: izquierda/derecha frente a progresista/conservador y otro que refleje izquierda/derecha frente a lo que vulgarmente se llama nacionalismo/centralismo.

Si observamos el primer gráfico, por supuesto la exactitud de las posiciones es discutible, salta a la vista la ausencia de partidos en el primer y tercer cuadrante. En nuestra opinión esto se debe no tanto a que no existan sensibilidades en esas áreas cuanto, precisamente, a la simplificación tradicional del espectro político en un solo eje. Así pues, los ciudadanos que se consideran progresistas en lo social se ven en cierto modo obligados a votar por partidos que propugnan un mayor intervencionismo económico (y viceversa), aunque puedan tener sensibilidades económicas diferentes. El ciudadano pues debe de priorizar lo que considera más importante. En el estado español es impensable la aparición de un partido populista de corte europeo puesto que asociamos el conservadurismo social con la derecha económica más dura. Por otro lado, el comunismo de corte estalinista se integra en partidos netamente progresistas cuando, a poco que se analice la historia de los países que han tenido gobiernos de ese tipo, se puede deducir que el control social era extremo. Otro punto a resaltar es la gran coincidencia social y económica de IU, Podemos y CHA.

El otro gráfico de Nolan que proponemos compara la izquierda/derecha con la forma de organización del estado, centrífuga/centrípeta. En este caso las posiciones están más disgregadas y encontramos al PAR en el primer cuadrante. Obviamente, la simplificación en una sola línea izquierda/derecha no tiene validez cuando tratamos del tema territorial si usamos un marco de referencia común. Sin embargo nos volvemos a encontrar el tercer cuadrante vacío. Parece que no se puede ser de izquierdas y centralista, al menos si nos basamos en las posiciones oficiales de los partidos. UPyD hubiera podido ocupar un lugar en él. El PSOE lo ha hecho en otras ocasiones si bien su estrategia federalista actual lo lleva a ser ligeramente centrífugo. En Podemos hay opiniones contrapuestas. Es difícil establecer su posición exacta precisamente por el abuso de la concepción unidimensional del espectro político, que lleva a la propia indefinición de los partidos y de sus militantes.

Concluimos pues propugnado el uso de espectros políticos poli-dimensionales que, por un lado obliguen a una mayor definición ideológica de los partidos y por otro lado ayuden al ciudadano a elegir la mejor opción según su conciencia. Esta buena práctica provocaría la aparición de formaciones en los espacios vacíos o el desplazamiento de algunas de las existentes, disminuyendo su concentración en ciertas zonas del espectro político, reduciendo la importancia de la afinidad hacia el candidato (personalismo) y favoreciendo el enriquecimiento del debate.