Se abren las apuestas… y los retos. Acaba de constituirse en nuevo Gobierno de Aragón, liderado por el socialista Javier Lambán. Su discurso de investidura fue apropiado, con referencias aragonesistas por supuesto pidiendo perdón, como casi siempre que en Aragón se reivindica algo propio por tímido y pacato que esto sea y reafirmando españolidad por si acaso.
 
Indica que las personas estarán en el centro de su acción de gobierno. La composición del gabinete Lambán parece adecuada mezclando experiencia y bisoñez y con algún independiente. Se nota que el President lleva muchos años en política, tiene buenos contactos, cierta influencia. La gran novedad es la participación de CHA por vez primera desde su fundación, hace ya 29 años.
 
Como todos sabemos, Aragón no es más que una pieza más en el tablero de ajedrez del Estado. Al menos así es para PSOE, PP, C’s y Podemos, cuyos líderes intentan no mojarse para no estropear las expectativas de las próximas elecciones legislativas. Este efecto se nota más en C’s y Podemos puesto que tanto PSOE como PP gobiernan de forma natural. Tienen costumbre. Mientras, los dos primeros solo gobiernan donde no les queda más remedio. Un caso atípico es el de IU, cuya estrategia consiste precisamente en meterse en el barro de la política de pequeña escala a través de las candidaturas de convergencia con la intención, supongo, de alcanzar mayores cotas.
 
La actitud distante, expectante, para nada alarmista ni comprometida de estos partidos da que pensar. Hay indicios suficientes para suponer que se trata de un gobierno provisional que se confirmará únicamente tras las elecciones generales. En este contexto, Lambán ha formado un equipo capaz de negociar en el día a día, dispuesto a gestionar y a no crear alarmismo. Ha tratado de sintetizar las propuestas de los tres partidos que han apoyado su investidura con, digámoslo, bastante éxito.

 

La decisión de CHA es valiente y arriesgada

 
Decía que la gran novedad es la consejería de, tomen aire, Vertebración Territorial, Movilidad, Vivienda y Turismo, en la que se incluye la dirección de Política Lingüística. Además, CHA gestionará una serie de direcciones generales e IU probablemente algunas. José Luis Soro y su partido están contentos. Sin embargo, parece una apuesta arriesgada. La vertebración y ordenación del territorio ha sido siempre uno de los caballos de batalla de CHA. La política lingüística también. En esta situación de provisionalidad pactista durante la cual, cito a Lambán, no se hará ni un kilómetro de carreteras mientras haya pobreza, significa que la movilidad tendrá muy poca capacidad de maniobra. Lo mismo sucede con la política lingüística en la que, como mucho, solo se podrá derogar la no-ley actual para volver a la ley de lenguas anterior ya de por sí limitada y acomplejada pero que permitirá desterrar al LAPAO y al LAPAPYP. Las competencias en vivienda son ya pocas y de bajo impacto en la vida diaria. Más visibilidad tendrá el área de turismo.
 
La evolución del voto y la frustración de la oposición permanente han llevado a CHA a una huida hacia delante de consecuencias tanto imprevisibles cuanto independientes de la tarea del flamante nuevo consejero. Los precedentes no son buenos pero Chunta no es el partido en la cresta de la ola que gobernó en Zaragoza y al PSOE le interesa ahora su crecimiento en contraposición del amenazante Podemos.
 
Si acordamos que de aquí a final de año los de Iglesias/Echenique no harán ni dejarán hacer nada que no ayude a su estrategia partidista cuyo objetivo es Madrid, podemos aventurar que el inicio de legislatura será de gestos hacia la galería pero de poca producción legislativa. La antedicha derogación de la ley de lenguas PP-PAR, bloqueo de la LOMCE, poca o nula inversión en infraestructuras, lentitud en las decisiones puesto que tendrán que ser aprobadas por los consejos ciudadanos serán sus rasgos principales.
 
El reto es grande. La apuesta clara. Las cartas están marcadas de violeta. En el 2016 sabremos más.